¿Es viable la creación de una gran banca pública en España?

11 jun 2013

Existe, desde hace algún tiempo, un consenso bastante fuerte entre los colectivos integrados en la izquierda española acerca de la creación de una gran banca pública que solucionase la escasez de crédito de las familias y pequeñas empresas y, de paso, sirviese como modelo de gestión eficiente y, sobre todo, de gestión ética. Sin embargo, dada la actual coyuntura, ¿podría ser viable una banca pública? ¿qué cantidad de capital exigiría?

Podemos pensar, sin temor a equivocarnos, que la gestión de una banca pública va a obedecer a intereses políticos o sociales en lugar de a intereses puramente económicos. Algunos pensaréis que, en este sentido, una banca pública puede ser un nido de corrupción y de enchufismo entre amigos y parientes de políticos, algo de lo que, al igual que ocurre con el resto de instituciones públicas, nunca vamos a estar exentos como ciudadanos.

Sin embargo, yo quiero ir un poco más allá y fijarme en la estructura de capital de la entidad bancaria. Poner en marcha una banca pública en una situación de crisis como la actual es poco menos que tarea imposible. De entrada, la cantidad mínima de capital que tendría que tener cualquier entidad bancaria es de 18 millones de euros. Sin embargo, ni siquiera con un capital social de 100 millones de euros se resolvería el problema moral de la banca. ¿Cómo ibamos a diferenciar, entonces, entre las pymes o familias que realmente necesitan crédito y las que no? Por tanto, el primer problema de la creación de la banca pública es la cuantía inicial que necesitaría para canalizar los recursos a los agentes económicos.

Dadas las inyecciones de capital que se han utilizado para nacionalizar la banca en dificultades, podemos pensar que los recursos monetarios iniciales para constituir una hipotética banca pública totalmente saneada sería de entre, aproximadamente, 30.000 a 50.000 millones de euros. ¿De dónde vamos a sacar este dinero? ¿Emitiendo aún más deuda pública e incurriendo en más déficit (que, por cierto, a diferencia del rescate bancario, esta deuda SÍ computaría para déficit estructural) cuando desde Bruselas se nos está exigiendo reducirlo?

Parece lógico pensar que no. Sin embargo, podrían caber dos posibles opciones para conseguir los recursos necesarios:

Por un lado, obtener el capital en los mercados financieros, tal y como sucede con la mayor parte de bancos privados. Sin embargo, el problema radica en cómo garantizar al inversor una rentabilidad mínima si, como hemos dicho, la entidad bancaria pública obedece a intereses sociales en lugar de intereses económicos. En realidad, ésta es la verdadera función de la banca pública pero ningún inversor (y me atrevería a decir que ninguna persona) va a renunciar a parte de su dinero si no es a costa de una rentabilidad económica (y no social). Por esta vía, a no ser que creemos un banco tipo SAREB que garantizara un 15% de rentabilidad a sus inversores, no podremos captar los recursos necesarios para su constitución.

Por otro lado, la vía más sencilla es disponer de un prestamista de última instancia. Es decir, que el Estado incurra en déficit público y, por tanto, en más deuda y que sea el Banco Central el que, en última instancia, asuma esa deuda; en definitiva, que el Banco Central monetice la deuda generada. Esta segunda opción es la, a priori, más sencilla y rápida pero no está exenta de problemas. Lo más probable es que el BCE haga caso omiso a esta petición del Gobierno; no tendría ningún sentido que desde Bruselas se esté obligando al Gobierno a realizar los ajustes necesarios para lograr el equilibrio presupuestario, y al mismo tiempo se esté financiando la emisión de más deuda porque, en este caso, la solución más sencilla sería que el propio BCE adquiriese toda la deuda del Reino de España directamente. Por lo tanto, esta vía es poco probable.

Por tanto, la única opción posible, no ya solo para la constitución de la banca pública, sino para solucionar los problemas de falta de crédito en España es la salida del Euro y la recuperación del monopolio de emisión de moneda por parte del Banco de España, solución que, por cierto, es por la que abogan los mismos colectivos de izquierdas. Y digo posible porque, bajo mi punto de vista, no es viable. Y no es viable por una sencilla razón: si el Banco de España se compromete a monetizar toda la deuda generada debido a la creación de esta banca pública, se producirá un aumento galopante de la inflación, ya que, precisamente, los recursos de ese banco público irían destinados a financiar los proyectos de inversión de familias y empresas, por lo que la pérdida de valor de la (neo)peseta está prácticamente garantizada.

En definitiva, la constitución de una gran banca pública no está exenta de problemas que pueden hacer que, paradójicamente, en lugar de facilitarnos la financiación, acabe traduciéndose en un mayor efecto desplazamiento por la mayor cantidad de deuda pública que deberíamos asumir.

1 comentarios:

  1. Saliendo del Euro, con nuestro propio banco central no hay problemas en crear dinero de la nada para capitalizar lo que se quiera.
    ¿Por que no escribes un árticulo de como se crearía una banca pública después de que el Euro haya explotado y desaparecido?

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