Durante el último lustro, se ha podido observar una tendencia exponencial al alza de aperturas de negocios de compra venta de oro, y no sólo en el centro de las grandes ciudades, si no también en el resto de España. Como ya sucediera en California en el siglo XIX, parece que estamos asistiendo a una segunda fiebre del oro, esta vez en España. Pero, ¿a qué se debe esta tendencia?
Por un lado, en épocas de crisis normalmente las familias buscan liquidez empeñando sus joyas en establecimientos de este tipo. Y por el otro lado, y más importante, que el oro se encuentra en máximos históricos de cotización.
Al igual que otros instrumentos de inversión, las materias primas (más común llamadas commodities) también tienen su mercado particular en el que cotizan en función de la oferta y demanda, y por lo tanto se convierten en una alternativa de inversión. Estas materias primas son muy homogéneas entre sí, es decir son muy similares; además de esto, el precio es el mismo independientemente del lugar físico en el que se encuentre. Por tanto, las diferencias internacionales de precio deberían ser mínimas y sólo deberse a variables como el transporte, transacción e intermediación.
Y en éstas y desde el comienzo de la crisis, el oro ha tocado techo varias veces, como se puede observar en el gráfico adjunto (fuente: Financial Times; evolución del futuro del oro desde hace 3 años). En el día ayer tocó un nuevo máximo de todos los tiempos con 1713,6 $ la onza, que se utiliza como unidad de referencia, y que se corresponde con 31 gramos aproximadamente.
Como se puede apreciar en el gráfico, la tendencia es claramente ascendente, y aún con la crisis el precio del oro sigue subiendo, y parece no tener fin. Parece que estos establecimientos se están anticipando a la crisis y previendo ganar mucho dinero con este metal.
¿Hay una burbuja en el precio del oro?
No es de extrañar que esta frase esté presente desde hace 3 años. El precio del oro se ha triplicado hasta cotas jamás vistas, y aún así sigue subiendo. Como cualquier otro activo, el oro se rige por la ley de la oferta y la demanda, y para que esa burbuja estalle debería caer en picado esa demanda. Pero, al contrario que otras inversiones en las que sí sería más previsible una eventual burbuja; la diferencia es que el oro presta un servicio adicional: se trata de un seguro de vida contra calamidades.
Y es que en pocas ocasiones se está utilizando el oro como reserva especulativa, si no más bien que se decide utilizarlo como patrimonio contra futuras eventualidades. Al margen de esto, y a diferencia del resto de activos financieros, las reservas de oro son finitas, y por lo tanto su oferta, lo que hace que si la demanda es estable encarezca su precio. Además, la crisis ha hecho que muchos reconozcan al oro como dinero, como ya ocurriera con el patrón-oro, que todos los billetes estaban respaldado por cierta cantidad de oro, y que estabilizan de alguna manera los valores de las monedas que aceptan el mismo, y que se corresponde con la cantidad máxima de oro que puede tener un estado. Por tanto, la demanda de este metal también se debe a las expectativas, que estos inversores piensen que este sistema monetario está débil y que pueda ser reemplazado por el que ya existió en su momento, y que implicaría que dispondría de más dinero quien más reservas respaldadas en oro tuviera.
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