¿Qué ocurre con nuestras deudas si un banco quiebra?

Todos los ciudadanos estamos haciendo másteres avanzados en economía. A medida que se van sucediendo las noticias, más dudas nos surgen y más pesimismo desprende el ambiente, quizá en parte por la  mala gestión de los políticos, pero también por nuestros desconocimientos financieros. Y es precisamente una de estas cuestiones las que más pesimismo e impotencia nos causan: las eventuales quiebras de las entidades financieras.

En mi opinión, ninguna entidad financiera va a caer, al menos no de manera desordenada. Sin embargo, ya son varios los rumores que apuntan en esta dirección, y si esto ocurriera efectivamente, todos tendríamos serias dudas acerca de nuestros ahorros, pero también de nuestras deudas. Seguro que nos preguntamos: si el banco quiebra ¿desaparecen nuestras deudas?

Pues no. Antes de que una entidad financiera caiga ha de saldar, en la medida de lo posible, las deudas que tiene contraídas con sus acreedores, al igual que el resto de empresas. Para ello, el banco ha de entrar en concurso de acreedores y, si los administradores concursales son capaces de llegar a acuerdos con los propios acreedores para garantizar la viabilidad de la entidad, el banco seguirá ejerciendo su labor de la misma manera que antes y nosotros no nos libraremos de la deuda.

Sin embargo, es posible que esto no suceda. En este caso, es conveniente explicar un poco de contabilidad básica antes de seguir. Toda empresa está formada por un activo y un pasivo que conforman su balance. Los activos es todo lo que posee la empresa más lo que le deben sus deudores, y el pasivo está formado por las aportaciones de los socios más las deudas que tenga contraídas con otros bancos o empresas. Cuando nosotros contraemos una promesa de pago por el banco como por ejemplo, una hipoteca, se producirá un apunte contable en el balance y pasará a formar parte del activo.

Cuando una empresa pasa a concurso de acreedores, los activos pasan a formar parte de la masa concursal y, si no es posible garantizar el pago con los acreedores, se liquidan para, de esta manera, proceder a una quiebra ordenada. En este sentido, si el banco quiebra todo lo que le deben pasará a formar parte del activo de uno o varios de sus acreedores, incluídas las hipotecas y préstamos que tengan en balance.

Por tanto, si se produjera una quiebra ordenada de una entidad financiera tendríamos que seguir pagando las deudas. Lo único que cambiaría sería el nombre de la entidad a la que tenemos que pagar, pero no se nos perdonaría un solo euro. Como digo, dudo mucho que suceda esto ya que hasta ahora no ha habido ni un solo país que haya permitido la quiebra, siquiera ordenada, de un banco (exceptuando Lehman Brothers).