¿Es tan malo el rescate a España como parece?

13 jun 2012

Tengo que reconocer que cuando el sábado leí que el nuestro país había pedido un rescate por valor de 100.000 millones de euros, mi primera reacción fue de susto, sobre todo teniendo en cuenta los graves problemas que están atravesando los otros países que han recibido la ayuda como Portugal, Irlanda y sobre todo Grecia. Sin embargo, a medida que iba conociendo los detalles del préstamo me iba aliviando cada vez más. Tener que pedir un rescate a alguien nunca es positivo, y desde luego no seré yo quien lo justifique, pero considero que el negocio que ha hecho el Gobierno no ha sido tan malo como nos han querido vender en un primer momento. ¿Por qué?

En primer lugar, no es cierto que el rescate sea un préstamo de 100.000 millones de euros. En realidad, este rescate es una línea de crédito por ese importe, que es diferente a un préstamo. El estado puede ir disponiendo del dinero a medida que lo vaya necesitando hasta el límite fijado, pero no tiene por qué gastar todo. Es altamente probable que "solo" necesite un 60% del importe total que tiene a su disposición (del cual posiblemente 20.000 millones sean para Bankia).

En segundo lugar, los detalles de la línea de crédito son muy, pero que muy atractivos para prácticamente cualquier gobierno, y más para el de España. Poder endeudarnos a un interés del 3% durante 15 años es algo que en la actualidad no somos capaces de alcanzar en ninguna subasta del tesoro, y menos por obligaciones a más de 10 años (los intereses a pagar de las obligaciones a 10 años de la última subasta del tesoro ascendieron a 5,743%, es decir casi un 2,75% más que los intereses a pagar por el rescate). Además, hay un período de carencia de 5 años, lo cual quiere decir que no se empezará a pagar el crédito hasta el año 2017; tengamos por seguro que ese período de carencia ayudará a aliviar las tan maltrechas arcas públicas españolas, y al menos nos dará un cierto margen para poder crecer y no tener problemas para pagar el crédito en el futuro.

En tercer lugar, este importe se canalizará hacia los bancos a través del FROB. ¿Qué significa esto? En principio, serán ellos quienes asuman el importe de esta línea de crédito (no olvidemos que el rescate sirve únicamente para recapitalizar la banca y sanearla), e incluso el propio estado podría salir ganando si les impone unos intereses mayores que los del propio rescate (escenario más probable). Es decir, si el FROB recibe fondos a un 3% de la UE, y se los inyecta a la banca al 4%, supondría un beneficio de un 1% que sin duda beneficiaría a las arcas públicas.

Por último, es de esperar que los bancos, al estar dotados de mayor liquidez, comiencen a hacer fluir el crédito a las empresas, por lo que el rescate podría repercutir indirectamente en la economía real. Sin embargo, mi opinión es que la mayoría de este dinero se utilizará para provisionar las pérdidas de valor de los inmuebles que los bancos tienen en sus balances y poder pagar sus deudas. De todos modos, esto no es necesariamente malo. Si los bancos consiguen provisionar los activos tóxicos, podrán sacar (por fin) los pisos en venta a un precio real de mercado, conseguir más liquidez y por ende, reactivar el crédito, que es finalmente el negocio de cualquier banco; esto, lógicamente, no es autómatico, y tardaremos aún al menos dos años en ver las consecuencias.

Claro que un rescate implica más prejuicios que beneficios, sean los detalles de este los que sean; no olvidemos que si un país solicita el rescate de sus bancos es porque éstos no han sido gestionados correctamente y en muchos casos su carácter sistémico y casi estructural podría suponer una quiebra en cadena de más empresas y bancos, y por consiguiente la caída de todo el sistema económico y financiero. El problema más evidente de todos es el de estar sometido a una entidad supranacional, a la famosa troika. Los hombres de negro llegarán, si no lo están ya, para supervisar todas las acciones del gobierno de Rajoy, y posiblemente les impondrá más recortes si caben para garantizar el pago de la deuda. 

No solo esto, si no que además, y a diferencia de lo que dice Mariano Rajoy, el rescate sí lo pagaremos los ciudadanos ¿De qué manera? Cierto es que no lo vamos a pagar directamente, si no indirectamente. Es muy posible que los bancos repercutan el coste de su recapitalización sobre sus clientes, mediante el cobro de más comisiones o intereses más altos en los préstamos que otorga. Además, siempre que un estado se endeuda aumenta su déficit público por el aumento de la partida del pago de los intereses; en este caso, no es menos y por lo tanto, supondrá algún sacrificio más en forma de recortes para poder alcanzar el objetivo de déficit.

Si que es cierto que la palabra rescate evoca a todo el mundo una situación desastrosa y casi el último recurso al que puede acudir un país. En el caso de España esto es cierto, pero solo en parte, ya que estamos en una situación malísima, pero podríamos haber recurrido a la deuda pública como forma de financiación. Sin embargo, los intereses a pagar serían mucho más altos y agravarían aún más el grave problema de déficit que tiene España. 

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