¿Por qué las personas ricas no tienen mucho dinero?

20 oct 2013

Cuando hablamos de personas ricas, lo primero que se nos viene a la cabeza son personas con una cuenta bancaria compuesta por varios ceros. Es decir, pensamos que los ricos son ricos porque tienen mucho dinero. De hecho, una de las situaciones más repetidas en diversos puntos de la geografía española el día 22 de Diciembre (el día de la Lotería de Navidad) es un grupo de gente descorchando una botella de cava y celebrando que son ricos porque les ha tocado una millonada.
Sin embargo, y aunque parezca contradictorio, esas personas siguen siendo igual de ricas o pobres que antes. Y, en realidad, es probable que cualquiera de nosotros tengamos más dinero que muchos ricos. ¿Me he vuelto loco? No, simplemente digo que el dinero no constituye ningún tipo de riqueza.

El dinero no es riqueza… aunque lo parezca

En líneas generales, las personas vemos el atesoramiento de grandes cantidades de dinero como la mejor manera de acumular riqueza. La clásica imagen del Tío Gilito bañándose en monedas de oro dentro de su cámara acorazada está bien grabada en nuestro imaginario colectivo. No en vano, el Tío Gilito se ha convertido, por méritos propios, en el personaje ficticio más rico del mundo. Sin embargo, dinero y riqueza son conceptos que, aunque parezcan sinónimos, tienen diferencias bastante sustanciales.
De hecho, el Tío Gilito no es rico porque haya almacenado en una cámara acorazada una cantidad de dinero que el resto de mortales ni siquiera podemos llegar a entender, sino, más bien, porque esas monedas son de oro y, por tanto, tienen un cierto valor intrínseco, y, además, por ser propietario de una de las compañías mineras de ficción más importantes del mundo. Es decir, el Tío Gilito es rico porque tiene acumulado patrimonio, pero no dinero, tal y como lo conocemos.
Es decir, una persona rica lo es porque posee activos que tienen un cierto valor intrínseco, más o menos estable en el tiempo. Por este motivo, el Tío Gilito es rico: posee monedas cuyo valor está establecido por el valor del oro y, además, posee mansiones, coches y hasta una de las compañías más grandes del mundo. Pero no porque tenga dinero.
Entonces, ¿por qué todos hablamos de dinero para refererirnos a la riqueza de una persona? ¿Por qué existe tal confusión? Para responder a esta pregunta, lo primero es saber qué es el dinero, qué funciones tiene y ha tenido a lo largo de la historia de la humanidad, para qué se utiliza y qué evolución ha tenido a lo largo de la historia.

El dinero sirve para adquirir riqueza

La historia de la humanidad es la historia de los intercambios comerciales. En la antigüedad, se utilizaba el trueque para el intercambio de bienes. Una persona tenía una necesidad que no podía producir por sí misma, e intercambiaba bienes de su producción por otros que necesitaba. Sin embargo, este modo de intercambio era tan difícil ya que, ni siquiera en las ferias medievales era posible encontrar bienes que fuesen de nuestro agrado. Con el tiempo, y, especialmente, para salvar las dificultades que tenía el trueque a la hora de encontrar una contrapartida que satisficiera una necesidad, nació el dinero como medio de intercambio de bienes; en realidad, no siempre fueron monedas y billetes las que constituían ese bien intermedio, sino que se utilizó ganado, sal, trigo y, sobre todo, oro. La palabra dinero proviene del Denario, que es la denominación que tenía la moneda acuñada en la Antigua Roma.
Es decir, el dinero constituye un elemento secundario de la especialización en el intercambio. El dinero es el bien que se utiliza para adquirir bienes y, por tanto, obtener mayor riqueza. Al mismo tiempo, la riqueza que poseemos se puede vender por un precio obteniendo a cambio dinero. En la práctica, dinero y riqueza son intercambiables entre sí, pero no son constituyen el mismo concepto.
Es decir, el dinero se convierte en un simple medio de cambio que, en la actualidad, tiene el único valor que le confiere el número impreso en el papel y pero que, en realidad, no constituye ningún tipo de riqueza ya que, de no ser por el respaldo que le otorga la autoridad monetaria, sería un simple trozo de papel que se podría asemejar a una simple hoja de un cuaderno.
Por este motivo, atesorar dinero no es sinónimo de atesorar riqueza, al menos con el dinero actual. Cosa bien diferente sería atesorar dinero que tiene el respaldo de un bien, como ocurría con el patrón oro existente hace más de un siglo. En este caso, el dinero podría mantenerse como riqueza ya que su valor tenía una contrapartida en oro en el banco que el depositante podía retirar en el momento que así lo solicitase.

¿Liquidez o riqueza?

Ahora que ya conocemos las diferencias entre riqueza y dinero, cabría hacerse la siguiente pregunta: ¿Qué es mejor? ¿mantener todo nuestro dinero en efectivo, adquirir bienes para tener más riqueza o una combinación de las dos? La respuesta, como en cualquier otro aspecto de la vida no es única, sino que depende de las circunstancias.


En general, dado que el dinero tiene únicamente la consideración de medio de pago, en teoría solo sirve para satisfacer las necesidades de los seres humanos, que son los fines últimos que todos buscamos. Comprar una casa, comprar ropa o alimentarnos son necesidades básicas que todos tenemos y que, sin dinero, no podrían satisfacerse. Nuestro fin último es, por tanto, adquirir y mantener riqueza en forma de bienes. ¿Para qué queremos el dinero sino es para comprar lo que necesitamos? No tendría sentido atesorar billetes y monedas que no sirven para nada.
Ahora bien, existe una consideración especial del dinero llamada deuda. La deuda nos sirve, también, para adquirir riqueza, con la diferencia de que éste será un dinero que no es nuestro, sino que tendremos que devolver. Por tanto, es necesaria una cierta liquidez para poder devolver las deudas y, para ello, es necesario tener dinero. Es decir, necesitamos dinero para poder pagar dinero.
Por tanto, si bien es cierto que lo que nos hace ricos es la acumulación de riqueza en forma de bienes acumulados, en ocasiones será necesario atesorar dinero, sobre todo si tenemos deudas pendientes. No obstante, el simple atesoramiento de dinero no es sinónimo de riqueza, sino el uso que le demos a ese dinero. Por este motivo, los ricos no atesoran dinero, sino otro tipo de capitales diferentes, cuyo valor constituye la riqueza total del mismo.

Artículo publicado en el blog "En Naranja"

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