Desde los años sesenta del pasado siglo, el sector inmobiliario y de la construcción ha sido extremadamente sensible a los ciclos económicos. Es más, en gran medida es sector que ha impulsado la economía en momentos de expansión o haciéndola entrar en recesión cuando ya no es posible que el sector inmobiliario tire más de la economía. El motivo por el cual sucede esto es por la alta demanda de viviendas en períodos de expansión, alimentada por la enorme concesión de créditos por parte de los bancos comerciales, sobre todo a dos agentes: por un lado los ciudadanos que querían adquirir las viviendas y por otro, los promotores que querían financiar su promoción inmobiliaria, el verdadero problema del sistema financiero español.
De hecho, si echamos un vistazo a los datos de la tasa de morosidad de las entidades financieras , nos daremos cuenta de la verdadera magnitud del problema. A 31 de Diciembre de 2011 la tasa de morosidad, que la relación entre el saldo de los créditos morosos o impagados y el saldo de los créditos normales, de los préstamos promotor se elevaban al 20,9%, la del crédito constructor a 17,7% y la del crédito al comprador de vivienda tan "solo" al 2,8%. Sin embargo, aquí no acaba la cosa y durante el primer semestre del año la tasa de morosidad del crédito promotor se sitúo en el 27,4%, mientras la tasa de morosidad de las hipotecas es tan solo de un 3,17%. Parece evidente que el aceleramiento del problema se encuentra en los créditos promotor y no tanto en los créditos para la compra de vivienda.
Pero, el problema va a hacerse más grave durante el año que viene. En los últimos días, y merced al rescate de la banca por parte de Europa, las entidades nacionalizadas tendrán que deshacerse paulatinamente de su cartera de créditos a promotoras, prohibiendo la reestructuración de estos créditos y aumentando por tanto el número de créditos impagados por parte de las empresas promotoras y constructoras. No sabemos dónde puede estar el límite, pero de mantenerse esta tendencia, los créditos impagados podrían alcanzar los 200.000 millones de euros.
Todo ello sin contar con que las entidades nacionalizadas (Bankia, Banco de Valencia, Catalunya Caixa y NovaCaixa Galicia) van a tener que desprenderse paulatinamente de su cartera de créditos a promotores, lo que sin duda aumentará aún más si cabe este problema. La bola se va a ir haciendo cada vez más grande y será muy difícil pararla. Cuando nos dicen que tenemos un problema enorme de deuda en el sector de la construcción llevan razón, pero no en el sector de créditos a particulares para la compra de primera vivienda, si no más bien en el crédito promotor.
Qué miedo dan, cómo lo han hundido todo :(
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